viernes, 3 de agosto de 2012

MORELLET, UNA AUTÓMATA DEL ARTE

Una de las sorpresas más interesantes del que esto escribe (o sea, yo mismo) en el pasado congreso ICOHTEC (donde ya saben que participé porque he colgado dos versiones de mi comunicación, soy así de pesado) fue la comunicación del historiador del arte italiano Alessandro Gallicchio sobre la obra del artista francés François Morellet y su relación con la tecnología, y más especialmente, con las matemáticas.

La comunicación, titulada "Rethinking the Urban Areas through Art and Technology: The Experience of François Morellet", trata de uno de los artistas pioneros del minimalismo (aunque influido de forma notable por el dadaísmo) que ha experimentado con tubos de neón junto a otros elementos propios de la tecnología, y utiliza conceptos de matemáticas en sus composiciones.

El análisis de Gallicchio, que se puede consultar con mayor profundidad en este artículo, se basa a grandes rasgos en dos ideas fundamentales:

  1. La desmitificación de la idea de artista.
  2. La construcción de un universo artístico mecanizado en donde la matemática o el público tienen más influencia en las decisiones artísticas que la posible intuitividad del autor, que es incapaz de dominar su propia creación.
Es evidente que una idea está relacionada con la otra. Si se desmitifican la concepción romántica del artista y el culto a su personalidad, su obra toma unas connotaciones en las que la intuición artística no es lo más importante, sino la mecanización o la recepción. Pero en el caso de Morellet, la busqueda de la casualidad consigue construir un universo artístico personal capaz de sintetizar el otro universo, ese que denominamos real, cargado de azar y relaciones internas a la vez.

Para hacernos una idea de como trabaja Morellet y no extendernos en disquisiciones teóricas que pueden aburrir, voy a diseccionar uno de los métodos que utiliza Morellet en sus obras, vinculado de una forma íntima con la matemática, la geometría, la fórmula y el automatismo. No en vano, Morellet trabajó como industrial en su juventud.

El artista parte del carácter infinito de los decimales del número pi para realizar una serie de construcciones geométricas azarísticas. Se basa en una razón inicial l, que va a ser un ángulo, que multiplica por los distintos factores decimales del número pi. Construye figuras con segmentos idénticos que forman ángulos iguales a las multiplicaciones de la razón por cada uno de los factores de pi tal como se indica en la figura, donde la razón inicial es de 10º:








 Morellet utiliza este tipo de construcción, azarística y mecanizada, basada en una fórmula matemática, para construir imágenes como la que sigue:

Esta metodología, utilizando otras razones angulares, le permite otras formas geométircas también regidas por una estética de casualidad, como podemos apreciar en la siguiente imagen, donde la razón angular inicial es de 45º:





Lo interesante del caso es que la metodología utilizada por Morellet es meramente operativa. Nunca se carga de ideología. A diferencia de muchos de los artistas que usan la ciencia y la tecnología en sus obras, Morellet no da un significado filosófico su trabajo.


Precisamente estas formas en las que bucea Morellet, son las que le permitirán elaborar sus estructuras mediante neones con posterioridad. La combinación de la forma anterior con la fachada de un edificio ya existente, da lugar a este esbozo:



Y a la instalación final, siempre desde la sugerentes estética de Morellet






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